25 de Marzo, 2019
La estudiante de cuarto año de la Escuela de Trabajo Social UC, Sofía Silva, es embajadora en la campaña medio ambiental “5lillaschallenge”, donde tiene el rol de incentivar y movilizar a adultos, jóvenes y niños a hacerse voluntarios para limpiar y reciclar el 23 de marzo, más 500.000 colillas de cigarro en todo el país.
Sofía Silva, además participa del Consejo Estudiantil por la Sustentabilidad de la Universidad Católica (CES UC), es representante de la Vocalía de Sustentabilidad de la Federación de Estudiantes (FEUC), está desarrollando una investigación junto a la docente, María Tsekoura, acerca de mujeres estudiantes e iniciativas de sustentabilidad, y utiliza sus redes sociales como blog para incentivar el camino consciente y sustentable.
La alumna de la Escuela de Trabajo Social UC se refiere en la siguiente entrevista a 5lillaschallenge, iniciativa de limpieza nacional -organizada por la Fundación Biosfera Mía-, que busca reducir y visibilizar la problemática ambiental que provoca el desecho a nivel mundial, además tambien nos cuenta de su camino hacia el estilo de vida que promueve el cuidado por el medio ambiente.
¿Qué te motivó a participar activamente de la “Colillatón?
Decidí sumarme a esta iniciativa, porque encuentro que el tema de las colillas como residuo es ultra invisibilizado, generalmente las personas no las consideran como un residuo y no magnifican cuanto puede llegar a contaminar una simple colilla. Actualmente en Chile se desechan 6 billones de colillas de cigarro al año. Si nos ponemos a pensar en la gran cantidad que son, nos damos cuenta del gran impacto que generan en el medio ambiente.
¿Cómo ayudamos al planeta participando de 5lillaschallenge?
La idea nace de buscar visibilizar que este residuo se encuentra en todos los lugares y que debemos ser conscientes de ello. El desafío 5lillaschallenge consiste en juntar la mayor cantidad de colillas y el día de la colillaton llevarlas al centro de acopio más cercano, coordinando previamente con el embajador o la embajadora que corresponda a al sector del voluntario.
Al participar de esta Colillatón, colaboramos con el medio ambiente logrando salvar millones de árboles, de litros de agua potable, disminuimos enormemente los microplásticos del océano y se ahorran miles de kW de energía. 2.000 colillas recicladas equivalen a 1 árbol talado menos, 1 colilla reciclada salva de contaminar 50 litros de agua dulce, y con 1.000 colillas recicladas se evita 1kg de plástico en el mar.
¿Qué pasará con las colillas y las botellas?
Las colillas serán recicladas mediante el uso de tres tipos de hongos que comen y degradan las colillas dejando libre la pulpa de celulosa, la cual posteriormente se utilizará para crear papel, papel grueso de braille, construcción de almácigos y macetas, material aislante y tantos otros artículos que servirán para generar fondos que permitan que esta campaña sea sustentable en el tiempo.
Además de favorecer las campañas de reforestación con árboles nativos y limpieza de microbasurales que realiza constantemente la fundación con su comunidad. Por otro lado, las botellas que se entregan con las colillas se reciclarán utilizando una máquina llamada Precious Plastic, la cual fue donada por INJUV a la fundación. Esta máquina permitirá que el plástico reciclado se convierta en bancas para plazas, bebederos de aves, de abejas, de perros callejeros, maceteros y revestimiento. Nada será desechado.
¿Cómo nació tu preocupación por el medio ambiente?
No podría decir el momento exacto en el que empezó, pero si en el momento que se magnifico dentro de mí, a fines del año 2017 principalmente frente a temas de ecología como reciclaje y una vida basura cero. Me pasó en un comienzo que me costaba visualizar la sustentabilidad en términos completos, pero luego de empezar a participar en iniciativas de sustentabilidad y ligarla al trabajo social se me abrió un espectro tremendo.
Posteriormente tomé un curso online del Ministerio del Medio Ambiente, donde me nutrí de conocimiento más técnico, sumado a que tomé el curso SUS1000 en la universidad, me vinculé con organizaciones y así cada vez fue creciendo más y más la sustentabilidad dentro de mí.
El semestre pasado me toco dar un discurso frente al rector en donde expresaba como era entrar en el mundo de la sustentabilidad, donde recordé una frase de la canción “Sueño con serpientes” de Silvio Rodríguez: “la mato y aparece una mayor”. Así es entrar en el mundo de la sustentabilidad y preocupación por la naturaleza crees que todo está bien y de repente vuelves a caer en un torbellino de nuevas sensaciones, de nuevas experiencias y nuevos conocimientos, los que me hacen oscilar desde la desesperanza absoluta a una anarquía radical, y me han permitido replantearme paradigmas desde una postura mucho más crítica y a querer una transformación más profunda.
¿Por qué crees que como trabajador social es importante crear y sumarse a iniciativas que se preocupen de nuestro medio ambiente y sustentabilidad?
En los últimos años se ha puesto especial énfasis en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU), a raíz de que, en el año 2015 los países del mundo adoptaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esto ha traído consigo una serie de acuerdos y tratados internacionales que dan pauta a los países respecto a la temática, poniendo en la palestra el tema de la sustentabilidad, además de hacer visibles las problemáticas socio ambientales que afectan y afectaran a los seres humanos.
Dentro de estos diecisiete objetivos es posible observar cómo el trabajo social es transversal a cada uno de ellos. Debemos entender que desde nuestra profesión estamos llamados y llamadas a la sustentabilidad, y es momento que respondamos a ese llamado para poder hacer frente a los desafíos socio ambientales de este y los próximos siglos.
Creo que es necesario desde nuestra disciplina comprender el mundo desde el paradigma de la sustentabilidad, para de este modo poder promover un bienestar social más ético, más consiente, más trascendental, y que situaciones como en las que hoy en día se ven envueltos Quintero y Puchuncaví, migrantes del cambio climático, la pobreza, el hambre, la violación de derechos humanos, precarización laboral, el abuso de poder y la inacción de los gobernantes no se transformen en el escenario común del país y el mundo.
Estoy convencida que cada día que pasa nos queda menos tiempo, que ya no nos podemos quedar indiferentes frente a la crisis que se vive actualmente, debemos darnos cuenta que nuestras acciones no solo dañan a las personas, sino que también a animales y la naturaleza, no es momento de que otros solucionen los problemas, sino que es momento que nos demos cuenta del poder que tenemos como ciudadanas y ciudadanos, y de los cambios que podemos lograr.